- 2021
- JUL-16
“QUIERO SER UN NIÑO NORMAL Y QUE NO ME PINCHEN MÁS”
Por Fundación Camila SaloméAna, mamá de Erick nos cuenta que cuando el niño tenía 3 años y medio, constantemente se enfermaba con neumonía y en una de las hospitalizaciones que tuvo, el médico le indicó que tenía Leucemia Linfoblástica Aguda. Nos comenta su madre que cuando el doctor le dio el diagnóstico “Estaba sola, fue terrible, todo mi mundo se vino abajo”.
Con voz resquebrajada nos expresa que el tratamiento fue un proceso muy difícil y complicado. Erick constantemente se quejaba de dolor en sus piernitas, lloraba mucho, no se dejaba inyectar y tuvo un cambio drástico en su comportamiento, por lo que se vio obligada a explicarle a su hijo sobre su enfermedad.
Actualmente, Erick tiene 7 años y aún se pone mal cuando debe asistir al hospital. Nos comenta Ana, que Erick siempre manifiesta esto al momento de enterarse que debe asistir al hospital. “Se pone muy triste cuando siente algún síntoma de gripe, ya que cree que se va a volver a enfermar”
“No quiero más inyecciones ¿Cuándo estaré sano?”
En cuanto a sus estudios, a los 4 años ingresa a inicial y por la enfermedad su proceso educativo no pudo ser continuo. La ayuda que recibió, de la institución educativa en la que estaba, no fue satisfactoria. Por lo que ingresa a una nueva escuela en la que encontró apoyo de la profesora que siempre estuvo pendiente de enviarle saludos y actividades cuando no podía asistir.
Nos comenta Ana que a través del chat de mamás guerreras del hospital donde asiste su hijo, supo del trabajo de la Fundación Camila Salome. Luego fue contactada por una docente y desde ese momento la Fundación le brindó un gran apoyo a su hijo en el ámbito educativo.
“Estoy muy agradecida con la fundación no solo ayudó a mi hijo a que aprendiera mejor, sino que en estos momentos nos continúa apoyando con la donación de alimentos.”
Con lágrimas en sus ojos, Ana expresa un mensaje para todas las madres que están viviendo lo que ella vivió: “Debemos ser fuertes, la noticia es muy dolorosa, pero hay que sacar fuerzas de donde sea y siempre confiar en Dios”. Erick desea que pase rápido el tiempo para no volver al hospital y el gran deseo de Ana como madre es: “ que su hijo crezca sano y que sea un niño alegre”.